Etnias aborígenes de la patagonia

Tehuelche

Los tehuelches, que a sí mismos se llamaban aonikenk, eran un pueblo cazador y recolector, por lo tanto nómade. Se alimentaban de guanacos y choiques. También de bayas, semillas y hierbas por lo cual recorrían, siguiendo las leyes de la subsistencia, las mesetas patagónicas desde las cordilleras hasta el atlántico.

Desde el punto de vista cultural, puede decirse que practicaban una división sexual del trabajo, los hombres, ocupados de la caza y las mujeres, de elaborar mantos de piel de guanaco (quillangos) con lo cual se preparaban entre otra cosa, los toldos que se utilizaban para las viviendas, de transportar el agua, la leña, etc. Aunque poco frecuente, era admitida la poligamia. Las mujeres no eran obligadas a contraer matrimonio contra su voluntad.

En la Isla Grande de Tierra del fuego, los onas no eran sino una prolongación de éste mismo grupo étnico. Sin embargo, existían tres lenguas diferentes entre los tehuelches, una entre los límites de los ríos Negro y Chubut, otra, entre Chubut y Santa Cruz y la última, entre el río Santa Cruz y el estrecho. Existían también dos variedades lingüísticas entre los onas, los del centro, y los del suroeste.

El censo de 1869, estimaba una cantidad de 24.000 tehuelches en la patagonia argentina, pero ya en 1895, solamente 5.500. Hoy, se encuentran totalmente extinguidos.

Puelche

Los puelche eran navegantes en el silgo XVII y habitaron las margen norte del lago Nahuel Huapi. No utilizaban canoas de troncos sino de tablas de alerce, que los españoles llamaron piraguas.

En mapudungun (lengua mapuche), puelche significa “gente del este” (puel: este; che: gente), eran un pueblo nómade basado en una economía de subsistencia (especialmente la caza del guanaco y el ñandú).

Pehuenche

Los pehuenche o habitantes de la zona de los bosques de pehuenes eran cazadores y recolectores. Los piñones (semilla del pehuén) eran parte importante de su alimentación.

Mapuche

Mapuche (mapu: tierra y che: gente) significa, literalmente, gente de la tierra. Hay quienes estiman que los primeros en autodenominarse mapuches fueron los molluches, pueblo que llegaba desde el este de los Andes, empujados por la conquista española. Pero éstos, habían sido precedidos al menos por otros dos grupos étnicos. Uno de estos grupos, anclado en el norte chileno traía en su haber cultural la lengua mapudungun que prevaleció por sobre la de sus invasores. En rigor, las tribus mapuches que actualmente residen en territorio argentino, son originarias de Chile (entre el Bio Bio y el Tolten) y llegaron al lugar a partir de 1878, imponiendo sus cultura a las etnias pehuenches, huilliches, poyas y tehuelches. Los mapuche eran básicamente agricultores y vivían en casas de madera pero se adaptaron a la vida nómade cuando se desplazaron hacia el este, favorecidos por la utilización del caballo, que los españoles introdujeron en el siglo XVI, iniciando el llamado proceso de araucanización. Actualmente, en los medios rurales sobreviven aún algunas de las costumbres tradicionales.

El origen del término "araucano"

El pueblo mapuche fue llamado “araucano” por los españoles. ¿De dónde proviene esta denominación? Aparentemente, el vocablo araucano fue utilizado por los españoles para bautizar a los indígenas chilenos originarios de la zona de Ragco (agua gredosa) que refería a un arroyo de la región. Esta palabra habría derivado en “Arauco”, tal como consta en un acta del Cabildo de Santiago de 1451. Luego, la zona, alcanzaría la denominación de “Araucania”, “Araucanos,” sus habitantes y “Araucarias” sus árboles más representativos. Finalmente, el gentilicio “araucano” se consolidaría definitivamente con el gran poema épico de Alonso de Ercilla y Zúñiga, “La Araucana”.

Se supone así, que el origen del término “araucano” sería en parte fruto de una deformación azaroza a partir de una toponimia aborigen. Sin embargo, el pueblo mapuche ha rechazado históricamente esta denominación por ser una creación de los conquistadores blancos y presumirla despectiva. En esta misma línea es curioso advertir que la voz mapuche “huinca” que originariamente significaba “ladrón de ganado”, fue adquiriendo el significado genérico de “hombre blanco”.

El mapundungun

El pueblo mapuche dominó a los tehuelches del este (pampas) a través de un lento proceso de asimilación cultural que duró unos doscientos años. Como parte de este proceso, la lengua mapuche se impuso a las anteriores. Actualmente, el mapundungun se mantiene solo en regiones aisladas de Chubut, Neuquén y Río Negro. Pero sobrevive en la toponimia de muchos lugares de la región y en un castellano rural, interferido por numerosos vocablos de origen mapuche.

El mapundungun es una gran lengua andina que posee notables posibilidades de expresión y es la propia de una cultura de oradores, apta para los parlamentos y la diplomacia. En efecto, su vocabulario es muy abundante y rico en matices.

Religión

Los mapuche creen en en Ngenechén (el Creador) a quien cada año ofrecen una rogativa religiosa denominada nguillatun.

El nguillatun cumple una función importante desde el punto de vista social y religioso. La ceremonia comienza en la víspera en cuando se coloca el rehue, que consiste en una rama de canelo y otra de maqui (arbusto de frutos), atados en una estaca. El día de la ceremonia se colocan al pie una ofrenda: cordero, carne, pan, bebidas.

En el altar, separado algunos metros, los ancianos a cargo de la rogativa, ofrecen la sangre de los corderos sacrificados en platos de madera. La ceremonia es acompañada por exclamaciones y danzas rituales al son de los instrumentos musicales (kultrúm -tambor araucano-, pifulkas -clarines araucanos-).

A continuación, se traduce una rogativa mapuche según tradiones orales, recogida en Moquehue por Daniel Carro:

Este día, arrodillado en la tierra,

Dios, déme buen cielo, este día

arrodillado en la tierra Dios, déme

buena cosecha, mucha cosecha

déme buen pasto déme, buena

hacienda déme, buen pensamiento,

déme vida con toda mi

familia, déme un buen trabajo

muchos años y buena vida déme.