Lobos marinos de un pelo

(otaria flavescens)

Por pertenecer a la familia de los otáridos, se diferencia de los fócidos (elefantes marinos) por tener orejas visibles y se mueven en tierra desplazando las extremidades inferiores a la manera de los cuadrúpedos. Se lo llama “de un pelo” para diferenciarlo del lobo marino de fino o “de dos pelos” (arctocephalus australis) que posee dos tipos diferentes de pelos en la piel (razón por la cual, muy codiciado por la industria peletera, se haya prácticamente extinguido).

El lobo marino puede encontrarse a lo largo de toda la costa patagónica, aunque los lugares más accesibles son Puerto Pirámides, en la Península de Valdés, y la Isla de los Lobos en el Canal de Beagle.

Su alimentación se basa en peces, calamares y algunos crustáceos. Las orcas, sus sus predadores naturales, aunque más al norte pueden ser cazados también por tiburones. Se estima que se alimentan especialmente en horas nocturnas y lo hacen en noches oscuras de luna nueva o cuarto menguante, se especula con que ésto se debe a que sus presas están obligadas a subir más cerca de la superficie debido a la baja luminosidad.

Hábitos y ciclo de vida

Las hembras alcanzan su madurez sexual a los 4 o 5 años y a partir de entonces, en la época de cría, comienzan a elegir los mismos lugares. A los 15 días, las crías ya pueden aventurarse al mar, por lo cual, los apostaderos para la cría son generalmente lugares reparados y de fácil acceso al agua.

Primero llegan los machos, y seguidamente las hembras, que conforman un harén. Cada macho puede reunir entre 5 y 6 hembras, ocasionalmente, una docena y su principal actividad es defenderlas del acoso de otros machos: gruñidos, posturas erectas, serán algo más que amenazas pudiendo desecadenar feroces dentadas. Estas contiendas, de todas formas, no llegan a ser mortales. El perdedor suele alejarse prudentemente en busca de otro territorio para intentar el cortejo. La captura de una hembra por parte del macho es un espectáculo impactante: el macho invasor la toma por los dientes mientras el lobo saqueado corre detrás. Sin embargo, el macho no se alejará demasiado de su haren, lo cual sería demasiado riesgoso.

Las hembra tienen solamente dos días fértiles en el año, realizándose la cópula una semana después de parto. La gestación dura un año (340 días) y los nacimientos se dan en enero. Cada hembra da a luz un solo cacharro

Al nacer, las crías son de un color negro azabache y miden aproximadamente 80 cm pesando unos 12 kg,. El período de lactancia dura de 6 a 10 meses. La cría es destetada cuando nace la siguiente.

Como en otras especies de otáridos y fócidos, en sus estómagos se han encontrado piedras, Se cree que la ingesta de piedras es un recurso para facilitar la digestión. Pero también puede ser para equilibrar el buceo, impedir que se alojen parásitos en el sistema digestivo o simplemente tolerar el hambre en los largos períodos de ayuno durante la fase de reproducción, cuando que se ven obligados a permanecer en tierra y no pueden obtener el alimento necesario.

Explotación comercial de los lobos marinos

Se sabe que los tehuelches, los onas, y los yaganes, se alimentaban con carne de lobo marino y que además utilizaban su piel y huesos para fabricar diferentes clases de utensillos. En efecto, los lobos marinos son una presa fácil para el hombre, ya que su desplazamiento en tierra es lento y predecible. Pero no fue hasta la llegada del hombre blanco que la explotación del lobo marino se convirtió en una amenaza para la especie.

Entre 1817 y 1953, se llegaron a unos 260,000 lobos marinos en la Península de Valdés. A partir de 1960, finalmente se prohibió su caza y comercialización. Afortunadamente para la especie, actualmente, la explotación turística, hace que la supervivencia de estos animales sea un proyecto comercial rentable.